6 razones por las que podrías hacer yoga para embarazadas

El yoga para embarazadas no es ni un yoga suave ni un yoga adaptado, sino más bien una práctica especialmente diseñada para el embarazo. Las posturas restaurativas son una parte importante de la práctica prenatal, pero la mayoría de las clases incluyen una serie de posturas activas que se adaptan a los cuerpos cambiantes de la mujer embarazada.

Hoy te voy a contar 6 razones por las que podrías hacer yoga para embarazadas (y seguro que hay muchas más:)

Apoyo emocional

Tener una comunidad de mujeres y poder utilizar herramientas como la meditación, la visualización y respiración, ayuda a lidiar con los innumerables cambios físicos y emocionales que el embarazo puede traer.

Preparación física y mental

Todo el trabajo que haces en la esterilla, el desarrollar aguante, aprender a relajarse con sensaciones intensas, y hacer frente al estrés de manera efectiva, sirve de preparación para dar a luz.

Aliviar síntomas del embarazo

Muchas clases para embarazadas comienzan con una breve ronda en donde las mujeres tienen la oportunidad de compartir experiencias y desafíos de la semana anterior. A partir de ahí, las clases se centran en posturas para aliviar ciertos síntomas del embarazo, crear espacio, y para conectar con el bebé. La respiración es el hilo conductor de la clase. La clase termina siempre con una relajación, tanto para integrar los efectos de la práctica como para recuperar energía.

Practicar posturas diseñadas para el embarazo

Muchas mujeres empiezan con el yoga durante el embarazo. Aún así, las clases para embarazadas también son beneficiosas para las alumnas con experiencia de yoga.

Aunque un profesor de yoga muy informado puede modificar posturas para adaptarse a las necesidades de cualquier persona, no se obtienen los mismos beneficios de una clase general. Un profesor de yoga sin formación prenatal probablemente no conoce las posturas diseñadas para el embarazo, ni está bien informado sobre los dolores y molestias comunes del embarazo, y no va a tener tiempo para proporcionar las deliciosas posturas recuperadoras.

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Hay muchos factores que tener en cuenta durante el embarazo. No es sólo una cuestión de ser o no ser capaz de hacer ciertas posturas. Por ejemplo, probablemente muchas embarazadas son capaces de hacer la postura de la imagen (Aswa sanchalasana) con los brazos estirados hacia arriba. Sin embargo, durante el embarazo, por la influencia de hormonas, las articulaciones se sobrecargan fácilmente, y no se debería estirar en exceso ni trabajar los abdominales, por lo cual se recomienda hacer esa misma postura con las piernas más separadas y las manos apoyadas en el suelo o en bloques. De la misma manera, hay muchas otras posturas de yoga que no se recomiendan durante el embarazo. Hay que tener en cuenta que el enfoque del yoga prenatal son muy diferentes y por tanto las posturas tendrían que tener ese enfoque muy en cuenta.

Respirar libremente

Los cimientos de todas las posturas en una clase de yoga es la respiración. En las clases de yoga para embarazadas pongo mucha énfasis en el crear espacio para que puedas respirar con más amplitud. También intento crear una conexión a través de la respiración entre las diferentes partes del cuerpo, desde la cabeza hasta el suelo pélvico, y más allá. Tener consciencia sobre tu respiración y utilizarla para manejar situaciones desafiantes es una gran herramienta para dar a luz. Además, una respiración libre y profunda baja los niveles de estrés y estimula un estado de relajación.

Aprender a relajar, soltar y aceptar

Un embarazo, con todos los cambios físicos, hormonales y emocionales que trae, puede ser agotador. Pueden surgir dudas y preocupaciones sobre la salud del bebé y el acercamiento a la maternidad puede resultar estresante.

Una clase de yoga para embarazadas te puede ofrecer relajación completa y una oportunidad para soltar preocupaciones y expectativas. Esa respuesta de relajación crea cambios psicológicos: reduce el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, la respiración se vuelve profunda y rítmica, y las hormonas del estrés (adrenalina, cortisol) desaparecen. Aprender a relajarse profundamente es una habilidad vital importantísima, sobre todo para una mujer embarazada.

Si estás relajada, no sólo sientes menos estrés, también eres capaz de manejar más fácilmente situaciones o estímulos estresantes. Eso es clave para el embarazo, el parto y la crianza.

El yoga para embarazadas te puede enseñar reconocer cuando y donde sientes tensión en tu cuerpo y después conscientemente soltar la tensión.

Al mismo tiempo que cultivar relajación, se trabaja la entrega a la experiencia del embarazo y el parto. Dar a luz a un bebé requiere un gran esfuerzo pero requiere la capacidad de dejarse ir completamente. Esa capacidad se cultiva en las clases para que la puedes llevar a tu vida, al trabajo de parto, tanto para poder navegar la intensidad del parto como para manejar y aceptar emociones difíciles que puedan surgir si el embarazo o el parto no se desarrolla exactamente como te habías imaginado.

¿Cuáles son las diferencias entre yoga para embarazadas y yoga regular?

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